Momento “María Rivier"

30.09.2024

Puedes vivir este momento aquí en la página o en el video que tienes al final de la página. Lo importante es que lo disfrutes.👇 

Querido peregrino:

¡Qué alegría verte en Thueyts! Estás a 13 kilómetros de Montpezat.

La palabra THUEYTS, viene del celta y significa cabañas.

Este es un lugar entrañable en un doble sentido. Entrañable en cuanto que que inspira un profundo afecto y también entrañable haciendo referencia a que hay que vivir la visita a Thueyts desde las entrañas. Aquí se gestó y nació la primera comunidad de Hermanas de la Presentación de María. Pero no adelantemos acontecimientos.


Lo primero sube la Grávenne. Hay lugares que nos traen muchos recuerdos y a los recuerdos muchos sentimientos asociados. Mira los de María Rivier cuando se situaba en la Gravenne y divisaba Thueyts.

En cuanto a mi, me inclinaba a aceptar las proposiciones que se me hicieron. Desde esa época, cuando iba a Thueyts, al ver el pueblo, sentía dos sentimientos muy vivos: era una tristeza o compasión pensar que los habitantes de Thueyts eran infelices y dignos de lástima y al mismo tiempo un deseo ardiente de vivir entre ellos. Y más de una vez llegada a la planicie de la Grávenme, al punto donde empieza a divisarse Thueyts, me sentí lanzada adelante con una fuerza irresistible, con el alma colmada de una alegría dulcísima". VHP 53


Pintura en la cripta de Bour-Saint-Andéol
Pintura en la cripta de Bour-Saint-Andéol

Así vive y tras meses de dudas e indecisiones llega el 14 junio 1794, día en que hace su entrada en Thueyts. Hubo quien le ayudó a tomar la decisión. Cuando nos asaltan las dudas, la incertidumbre de cuál es el rumbo que ha de tomar nuestra vida. Dios se sirve de los que viven con nosotros para indicarnos el camino.

"Llegó el mensajero prometido: era Luis Naud. Me anunció, todo gozoso, que debía seguirle a Tthueyts. Me entregó al mismo tiempo una carta de M. Pontanier:

"En el nombre de Jesucristo querida hija mía, venga a Thueyts: tal es la voluntad de Dios" VHP 54

Hay que aclarar que M. Pontanier, era un sacerdote sulpiciano, que acompañó espiritualmente a María Rivier a lo largo de su vida.



La casa de las Dominicas fue el  primer "convento" de la Presentación de María. 

Actualmente tiene el nombre de Fabricou. Se llama así porque desde 1924-1936 estuvo instalado allí un molino de seda. " Fabricou ", significa fábrica pequeña. Es propiedad de la Comuna de Thueyts

Aquí el primer "convento" de la Presentación de María.

¿Cómo llegó a ello?

Una de las 4 primeras cuenta así su vocación:

"La señorita Rivier, me dijo un día: "Venga conmigo y daremos clase."

Y así una después de otra.

Sor Aloysia dirá, más tarde :

Nos retenía su bondad, su ejemplo nos enseñaba nuestro deber, al ver su entrega y valor teníamos vergüenza de nuestra pereza, damos fe que nos predicaba tanto por sus ejemplos como por sus palabras".

Esta placa, testimonio de aquel 21 de noviembre de 1796, en el que 5 mujeres, en medio de la incertidumbre política, social y cultural del momento se consagraron a Dios para siempre.


Escucha como lo hicieron:


De las 4, dos solo sabían el catecismo que era lo que podían enseñar. Las otras dos daban clase de lectura y de costura. Al principio eran incapaces de enseñar a escribir porque ellas no sabían.


Las cuatro verdaderas columnas de la Presentación de María, congregación de enseñanza, son cuatro pobres campesinas sin instrucción: Dios necesita de la pobreza manifiesta de los recursos humanos. Necesita también tesoros latentes de virtud; y Dios los halla en el corazón de estas cuatro campesinas" (Léonard Cros)


Puedes darles un aplauso, como homenaje, a estas 5 mujeres que se fiaron de Dios y sus planes: María Rivier, Teresa Chaudanson, Martina Teston Juana Delubac, María Eyraud.


También se vivieron historias como la del pequeño Juanito. Tendría 4 ó 5 años cuando María Rivier llegó Thueyts. Fue uno de sus primeros y más asiduos alumnos, hasta que un día de repente dejó de ir a la escuela. Encontrándose con él por la calle, le preguntó:

-Juanito, hace mucho que no vienes a clase. ¿No te gusta la escuela?

Entre lágrimas, Juanito, confesó:

  • "No voy porque en día, usted hizo repetir a todos los alumnos de la clase: Nabucodonosor, menos a mí, y sabía decirlo perfectamente".

María Rivier, le dijo: 

  • "Ven mañana a clase y tú dirás Nabucodonosor".

Así fue. Juanito, se llevó un gran aplauso, y retomó su aprendizaje en la escuela.

La relación con su maestra fue más allá de sus años escolares. Juan, le pedía consejo en todos sus asuntos como si fuese su madre.

La relación duró hasta después de la muerte de María Rivier. A mediados de 1838, Juan, había contraído deudas que se sentía incapaz de pagar, por eso tomó la resolución de abandonar Thueyts. Se marchó y en la primera noche, en sueños escuchó una voz que le decía: ¿Juan dónde vas? Reconoció, en esa voz, la de María Rivier, y le contestó: 

  • "No lo sé, voy huyendo".

La voz le dijo: 

  • "Vuelve a Thueyts, y tus asuntos se arreglarán".

Y así fue. Sus problemas económicos se fueron solucionando poco a poco.

Sor Saint- Filippe, que es quien narra los hechos, termina su relato diciendo:

"Tanto después de su muerte, como durante su vida, la buena Madre, no abandonó en sus dificultades a su pequeño Juanito".


Ahora ve Rue Haute. Allí está la primera casa madre de la Congregación, desde el 17 de noviembre de 1797 hasta el 25 de abril de 1819 en que será traslada a Bourg-Saint- Andéol. Actualmente hay una comunidad de Hermanas de la Presentación de María.

Su adquisición tuvo sus dificultades. La señorita Charaix, que era la propietaria no se lo puso fácil. Y su hermano Luis tampoco.

Albaecea de la herencia del abuelo materno, dijo a su hermana que era una locura invertir el dinero que le quedaba, ya había recibido algunos adelantos, en comprar una casa en tiempos tan inciertos. Un casa que podía ser confiscada por el Gobierno de la Revolución.

María Rivier le contestó:

"Actuando como lo hago, creo seguir la voluntad de Dios, y aunque no durase más que 2 ó 3 años, la abriría para probar a Dios mi buena voluntad."

Luis, no insistió y pagó a su hermana la parte que le correspondía legítimamente.

La casa fue pagada en parte con la dote de María Rivier, en parte con los donativos, que la Providencia se encargó de hacerle llegar.




Como todos los comienzos son emocionantes y nada fáciles. Años más tarde María Rivier evocará aquellos años y los primero momentos en Thueyts



En esta casa ella se dieron los primeros milagros, evocados años más tarde, por quienes los vivieron en 1ª persona. Tenemos constancia del milagro de la sopa:

"Cierto día un mendigo viejo se cuadra a la puerta, mientras ella estaba en el ardor de la clase. Es un pobre de Jesucristo. Es Jesucristo... María llama a su "cocinera" y le dice al oído:

  • Ande, coja mi sopa y désela.
  • Se contentará con un pedazo de pan.
  • No, hija mía, no; la sopa le sentará mejor.
  • Pero luego habrá que hacer otra. ¿Y mi clase?
  • No hará otra; por que hoy pasaré como pueda.

La alumna lleva al pobre a la cocina, escancia la sopa, deja el puchero vacío al borde del hogar y vuelve a clase. Al salir María va a la cocina y el puchero ¡estaba lleno! Llama a la "culpable":

  • ¡Desobediente! ¡Ha dejado marchar al pobre sin darle la sopa!
  • ¡Perdón, señorita! El pobre la ha tomado y ha comido cuanto había. Fíjese bien, mire el puchero...
  • El puchero estaba a rebosar.
  • Bueno, siéntese y vamos a comer juntas. A condición de que no diga nada a nadie. ¿Prometido?
  • Y así fue, hasta que, bajo juramento lo contó en el proceso de Beatificación.

Y también ha llegado hasta nosotros el milagro del trigo. Un milagro a distancia, ya que en 1825 María Rivier ya está en Bourg- Saint- Andéol.

"En 1825 muchas huérfanas y pocos recursos. La Madre Rivier envía regularmente cargamentos de trigo. Llega el invierno; casi no hay trigo; nada llega de Bourg. Sor Luisa pide socorro.

  • Imposible por el momento- responde María Rivier- El doméstico Antonio Michel no tiene tiempo, el invierno hace la ruta impracticable... Le enviaré trigo en cuanto sea posible. Entre tanto la encontrará usted en sus grandes cajas.

Esta carta deja perpleja a Sor Luisa...

-Hermana no hay trigo- le dice la chica encargada de hacer pan...

Arca del trigo
Arca del trigo
  • ¿De verdad que lo ha rebañado bien todo?
  • Vaya usted misma al granero y lo verá...

Vacías. Las cajas están vacías. Aparte de unos granos diseminados en los ángulos.

  • Recoja lo que queda en las esquinas; lo moleremos.
  • - ¡Va, no merece la pena por eso...!

Pero la chica obedece. Arrumba lo de un rincón y lo de otro..., pasa por todas las cajas..., y vuelve a la primera. Y hay de nuevo otro tanto... Llenan un saco y lo llevan al molino. Ya tienen para varios días. Sor Luisa escribe a la Madre:

  • Ya no sé qué hacer para dar de comer a las niñas... Tendré que despedir a algunas...
  • Mujer de poca fe- responde la Madre Rivier-, ¿las ha acogido para hacerlas sufrir? ... Quiero que las tenga y mantenga a todas. Dios proveerá. Le prohíbo que se inquiete.

Sor Luisa comprendió que tenía que volver a sus cajas con una escobilla, un gran saco, y un grano de fe. Nunca faltaba trigo en las 4 esquinas. Se sacaron sacos. Varias veces... Hasta que la Madre pudo enviárselo desde Bourg." VHP 162



Sería el 21 de noviembre de 1801, fiesta de la Presentación de María, en el que un decreto firmado por M. Vernet (asesor, amigo y acompañante espiritual de María Rivier) en "nombre y por comisión expresa" del Monseñor D'Aviau, María Rivier es confirmada como Superiora General Vitalicia, con el nombre de sor Ana María y en el que se da el nombre que llevarán como religiosas, las 12 hermanas de la Presentación de María de ese momento:

Teresa Chaudanson: Sor Teresa

Martina Teston: Sor Martina

Juana Delubac: Sor Anastasia

María Eyraud: Sor María

Ana María Desroys: Sor Rosalía

Juana Aizac: Sor Eufrosina

Antida Lesne: Sor Gertrudis

Ana Sautel: Sor Brígida

Teresa Gamondès: Sor Úrsula

Adelaida Berthélin: Sor Chantal

Margarita Lesne: Sor Margarita

Rosa Vidil: Sor Rosa

Es el momento de darles las gracias, a cada una, por ser los cimientos de lo que hoy somos.


En Thueyts está sellado a fuego, el sello del Ave María, en cada una de las puertas de la casa para que quede constancia de que en la Presentación de María todo le pertenece a la Virgen María como bien y propiedad suya. La Virgen María a la que María Rivier siempre consideró como la Fundadora, la Madre, la Primera Superiora de su Congregación.

Fue la Virgen María quien puso la primera piedra un 21 de noviembre de 1795.

En el momento "Con la Virgen María", de esta etapa,  vivirás esta experiencia.


Dentro de la casa hay tres lugares muy especiales:


Un pequeño oratorio, entonces, despensa. Fue el lugar donde estuvo "escondido" el Santísimo, durante el tiempo de la Revolución.

La capilla de la casa, donde se fragua la comunidad. 



Habitación de María Rivier, en la que puedes sentir su presencia, ese halo de humildad y celo que son el distintivo de la "marca Rivier".

Es tradición sentarse en su sillón, ponerse de rodillas en su reclinatorio, contemplar su rosario, su caligrafía, dejar un mensaje en el libro de visitas. Pues ahora lo puedes hacer tú.



Únete al grupo de alumnos de la escuela Rivier, y a sus maestras que se dirigen a la Iglesia parroquial de San Juan Bautista. En 1715 la iglesia estaba en muy mal estado. Fue reconstruida en 1834.

Ningún sacerdote, se atrevía a celebrar en ella, y como consecuencia muchos feligreses habían perdido la costumbre de ir a la iglesia. Al ver cómo a la hora de la misa, María Rivier y sus alumnos iban allí, el pueblo empezó a seguirlos.

Atiende a María Rivier, leer las lecturas de la misa, explicar una lectura espiritual.

Reúnete con ella y con cuantos todas las tarde rezan el rosario, hacen una lectura breve.

Sí, siente la libertad de los que no tienen miedo.

Capilla San Roque

La capilla fue construida en la cima de un pico volcánico. En el interior en madera las imágenes de San Roque, la Virgen María y el niño.

Castillo de Blou

Construido alrededor del siglo XII, habría tenido al menos 2 torres. Perteneció a la familia Pressis hasta 1461, luego a Blou. Este castillo, remodelado muchas veces a lo largo de los siglos, se convirtió en un castillo de recreo en el siglo XVIII.

Escucha, por las calles el testimonio de cuantos asistían:

"Lo que nos decía era muy sencillo, se ponía a la altura de los que menos sabían, y de vez en cuando, contaba anécdotas, nos decía palabras que cautivaban nuestra atención".

Acompáñala, yendo a visitar a los más pobres de Thueyts.

Nos cuenta una hermana que:

"Desde que llegó, quiso conocer a los más pobres del pueblo. Habíamos estado pidiendo alimentos y muebles para la escuela, la mayor parte de lo que recogimos fue a parar a las casas de los pobre, afligidos y enfermos de Thueyts".

Mientras recorres el pueblo, medita la consigna que daba a las hermanas y que ella practicaba: Rezar, trabajar y callarse".

Muchas más cosas sucedieron en Thueyts, como puedes adivinar. Las dejamos para otra ocasión. Ahora callejea por el pueblo, tiene rincones y espacios naturales a no perderse.